Hace ya algún tiempo, cuando comencé este blog, ya hablé del color blanco en los uniformes; ahora vuelvo con el tema. Si un hombre está guapo vestido de uniforme, no digamos lo bello que está si el uniforme es blanco. ¡Gana puntos! Sea cual fuere la categoría militar, el blanco realza su porte. Siempre he disfrutado viendo las películasSiempre he disfrutado viendo las películas en las que aparecen marineros, todos ellos vestidos de blanco como niños en el momento de su Primera Comunión, bien trabajando en el barco, bien lanzándose al agua ante algún ataque, o luchando entre ellos… Y no olvidemos el momento de la Graduación.
Aunque un hombre no sea muy agraciado, el uniforme blanco le otorga belleza innata. Son guapos los que van en solitario:
Son también guapos los que van por parejas, estén éstas también vestidas de blanco o incluso con un color oscuro, lo que hace destacar más a la pareja con el uniforme blanco:
Y si te los encuentras en grupo, ya no son solamente guapos sino que me producen auténticas taquicardias. Tanto blanco junto me excita hasta perder el control:
Pero lo que en un principio estaba solamente destinado a fines militares, en los últimos veinte años ya se usa también para el ocio, como es el caso de los “strippers”, quienes ya usan el uniforme blanco para incorporarlo a sus escenografías calentorras de despedidas de solteras o fiestas privadas:
No hay que olvidarse de que no sólo el blanco inmaculado es bello. Como ya sabéis, este blog ha sido concebido para los amantes de todo tipo de blanco, por lo que no podemos descartar un uniforme blanco pasado bajo la ducha, o en la piscina, en la playa…
Al fin y al cabo, aunque sea un uniforme, es una prenda blanca, y por tanto hay que hacerle el uso que se merece, como nosotros ya bien sabemos...
Y para acabar con esta pequeña recopilación fotográfica de mi colección particular, no he querido olvidar una de mis secciones preferidas: la suciedad del blanco. El que tenga un uniforme puede mearse con él puesto y sentir cómo el pis calentito cae por las piernas empapando la tela; o bien se puede dar un bañito en agua estancada y pringarse de barro. Si además tomamos unos laxantes, podemos combinar el tono amarillo de nuestra orina con el escatológico color marrón de nuestros excrementos. Yo sinceramente lo he probado y da un exquisito placer restregar la diarrea por el meado pantalón blanco.
La ropa interior, aquella siempre desconocida antaño, por su lugar de colocación, que impedía que la moral y el civismo social permitieran su exhibición pública, ahora forma parte en nuestra época de nuestros gustos en vestuario, considerando ésta como una prenda más que debe lucirse y debe gustar, en primer lugar a quien se la pone y en segundo lugar a quien puede verla puesta en otra persona.
