Siempre nos llega el momento de renovar vestuario, bien porque se pasa de moda, bien porque hemos engordado unos kilos, o también porque con el paso del tiempo está ajado.
Suelen haber tres opciones para deshacerse de él: depositarlo en los contenedores especiales de las ONGs (alternativa idónea), regalárselo a amigos o familiares que aprovechen más la ropa o darle un buen último uso (la opción más egoísta pero más placentera). Supongamos que nos decidimos por tomar ésta última.
Lo que tenemos que hacer en primer lugar es lavarlo y plancharlo impecablemente para que su final sea honroso. Después hemos de buscar un amigo o persona de confianza que esté dispuesto a ayudarte a dar de baja a tu pantalón. El resto corre por cuenta de vuestra imaginación. Unos cuantos jirones pueden ser un buen final feliz para tu viejo pantalón blanco.
Suelen haber tres opciones para deshacerse de él: depositarlo en los contenedores especiales de las ONGs (alternativa idónea), regalárselo a amigos o familiares que aprovechen más la ropa o darle un buen último uso (la opción más egoísta pero más placentera). Supongamos que nos decidimos por tomar ésta última.
Lo que tenemos que hacer en primer lugar es lavarlo y plancharlo impecablemente para que su final sea honroso. Después hemos de buscar un amigo o persona de confianza que esté dispuesto a ayudarte a dar de baja a tu pantalón. El resto corre por cuenta de vuestra imaginación. Unos cuantos jirones pueden ser un buen final feliz para tu viejo pantalón blanco.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.