La noche en que estuve fuera por viaje de trabajo fue larga, pues no solamente me dediqué a mearme en mis pantalones de tela fina, sino que aproveché para continuar mi sesión con otros pantalones que también metí en la maleta.
Recuerdo que estos pantalones de tela de sábana me costaron bastante dinero por ser unos Tommy Hilfiger; me dolió el bolsillo en un principio, pero después me di cuenta de que había merecido la pena haberlos comprado.
Fui provisto de lo necesario para disfrutar un rato: un litro de aceite, un bote de ketchup y otro bote de mostaza. Una buena mezcla para cambiar de color a mis pantalones hasta hacer de ellos un auténtico desastre irrecuperable. Y como ya no había remedio, acabé rompiéndolos con el mayor placer del mundo.
Ahí va ese vídeo. No tiene contenido pornográfico, pero sí contiene alguna escena no apta para aquellos menores que se salten la ley y entren en este blog.
Recuerdo que estos pantalones de tela de sábana me costaron bastante dinero por ser unos Tommy Hilfiger; me dolió el bolsillo en un principio, pero después me di cuenta de que había merecido la pena haberlos comprado.
Fui provisto de lo necesario para disfrutar un rato: un litro de aceite, un bote de ketchup y otro bote de mostaza. Una buena mezcla para cambiar de color a mis pantalones hasta hacer de ellos un auténtico desastre irrecuperable. Y como ya no había remedio, acabé rompiéndolos con el mayor placer del mundo.
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